sábado, 3 de marzo de 2012

Las olas..

El mar es solo un conjunto de olas sucesivas, igual que la vida, se compone de días y de horas, que fluyen una detrás de otra. Parece una división muy sencilla, pero esta operación, incorporada a la mente, ha salvado del naufragio a innumerables marineros y ha ayudado a superar en tierra muchas tragedias humanas. Recuerdo haber leído,que si en medio de un gran temporal, el navegante piensa que el mar encrespado forma un todo absoluto,al ánimo sobrecogido por la grandeza de la adversidad, entregará muy pronto todas sus fuerzas al abismo; en cambio, si olvida que el mar es un monstruo insoldable y concentra su pensamiento en la ola concreta que se acerca, y dedica todo su esfuerzo a evitar su zarpazo y realiza sobre él, una victoria singular, llegará el momento en que el mar se calme y el barco volverá a navegar de modo placentero. Como las olas del mar, los días y las olas baten nuestro espíritu llevando en su seno un dolor o un placer determinado que siempre acaba por pasar de largo. Cuando eramos niños, desnudos en la playa, no teníamos concepto del mar abstracto, sino del oleaje que invadía la arena y contra él se establecía el desafío. Cada ola era un combate. Había olas muy tendidas, que apenas mojaban nuestros pies, y otras más alzadas que hacían flotar nuestro cuerpo; algunas llegaban a inundarnos por completo con cierto amor apacible, pero, de pronto, a media distancia de nuestro pequeño horizonte marino, aparecía una gran ola, muy cóncava adornada con una furiosa cresta de espuma que era recibida con gritos sumamente excitados. Los niños nos preparábamos para afrontarla: los mas audaces preferían atravesarla clavándose en ella de cabeza, otros conseguían coronarla acomodando el ritmo corporal a su embestida y quienes no veían en ella una lucha concreta sino un peligro insalvable quedaban abatidos y arrollados. Con cuanto placer dormía uno esa noche, con los labio salados y el cuerpo cansado, abrasado por el sol pero no vencido. La practica de aquellos baños inocentes en la orilla del mar es la mejor filosofía para sobrevivir a las adversidades. El infinito no existe, el abismo sólo es un concepto. Las pequeñas tragedias de cada día se componen de olas que baten el costado de nuestro navío. La única sabiduría consiste en dividir la vida en días y horas para extraer de cada una de ellas una victoria concreta sobre el dolor y una culminación del placer que te regale. Una sola ola es la que te hace naufragar. De esa hay que salvarse.

domingo, 29 de enero de 2012

Forrest Gump


Mi mamá dice que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar
La verdad, aunque yo siempre iba corriendo, nunca pensé que eso me llevara a ningún lado
No sé si todos tenemos un destino, o si estamos flotando casualmente como en una brisa; pero yo creo que pueden ser ambas, puede que ambas estén ocurriendo al mismo tiempo




El tiempo lo cura todo. Otra milonga. El tiempo no cura nada. O cura lo que ya no importa. El tiempo es precisamente lo que nos hiere. 
Noches en vela. Apatía. Distracciones constantes. Pensar en lo que se dijo, en lo que se va a decir. En lo que se debería haber dicho. Mirar el horóscopo. El tuyo y el de él. Idealizarlo. Ver su rostro en cada rostro. Euforia. Bajones. Hablar sola. No comer. Beber en exceso. Vigilar el teléfono. Auto compadecerse. Hablar de tonterías. Írsete la bola. Pensar en lo que ella pensaría. En qué estará haciendo. Con quién. Llorar. Oír canciones tristes. Pensar en no pensar. Pensar en pensar en no pensar. No dormir. No vivir. Eso es lo normal en el desamor. 
Aunque, en realidad, fue mucho peor. Mucho. Una profundidad peor.
Porque era el miedo.

miércoles, 4 de enero de 2012


Dicen que nadie puede elegir de quién enamorarse, que el respeto se gana, que el amor se siente, que el extrañar es bueno... la gente sabia dice que no hay que llorar por el pasado, no hay que preocuparse por el futuro, sólo hay que vivir el presente, hay que sembrar para cosechar, amar para ser amado, hay que perder para ganar, llorar para saber sonreír, caer para aprender...
Las personas que saben dicen que hay que confiar en el tiempo, porque suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades, Que el tiempo es oro... Todos nos dicen que nadie puede dañarnos sin nuestro consentimiento, que si alguien nos lastima es porque nosotros le otorgamos ese beneficio... Dicen que el amor no es sufrir, que el amor no es perdonar lo imperdonable porque hay cosas que no se perdonan, no se olvidan, no se borran ni de la cabeza ni del corazón… Pero que de esas cosas se acaban aprendiendo para la próxima.
Dicen que uno no aprende hasta que tropieza, que cometer errores es casi la única manera de aprender algo… Que el que no arriesga, no gana.. Que el que tiene miedo a fracasar, nunca llegará a nada... Todos dicen… Todos hablan... Todos opinan... Todos critican...
Y nadie sabe de nuestro dolor... Nadie sabe lo que se siente, nadie entiende cómo podemos pasar de la risa al llanto en apenas dos segundos... Los que sabemos decimos que lo que no mata, te hace más fuerte... y siempre queremos recuperar lo que perdimos por algún motivo... Lo bueno, tarde o temprano, llega... Siempre