domingo, 13 de noviembre de 2011

El mendigo sueña con un billete en su vaso y el vaso con una boca que lo bese. Por esa acera pasa un adolescente que sueña con invitar a bailar a esa chica que tanto el gusta y ella sueña con conocer algún día al futbolista de su carpeta. Los futbolistas sueñan con poder ir con sus chicas al cine y la chica del cine que les dará las entradas sueña con un fin de semana libre. El parado que se pasa los sábados y domingos al sol sueña con un puesto de lo que sea en donde sea y el inmigrante ecuatoriano que aceptó ese trabajo insalubre antes que él sueña con tener papeles. El funcionario que le denegó el permiso de trabajo sueña con la hora del cigarrillo y de camino hacia al estanco choca con un hombre de gris que sueña con ser cantante y que ignora que el cantante sueña con que le miren sin luz de escenario, alguien que quiera mirarle dentro. Tras el concierto su manager sueña con un contrato millonario...
 Y yo, yo sólo sueño contigo.
Nunca me había dado por fijarme en ti. Siempre te consideré una persona más. Otra pequeña pieza de este puzzle llamado mundo. Ni siquiera sé por qué has empezado a llamar mi atención. Ocurrió hace un par de meses... 
Tuve un mal día, todo se volvió gris, pero tú cual sol, despejaste las nubes y me permitiste ver el cielo. Hiciste que mi día se tornara de otro color. Un color rosa soñador, o quizá verde, sí, un verde esperanzado. Un color amarillo ilusión, un color rojo pasión o un color azul serenidad. Qué digo... Dibujaste en mi mirada el
puto arco iris. Me inundó una sensación nueva... Te miré a los ojos. Me miraste. Unos segundos de pausa, 2, 3,4, no más, los justos, los necesarios. Me sonreíste. Te sonreí, me sonrojé y miré al suelo. Paf. Ya está. Fue el detonante que ha marcado estos días de felicidad en mi vida. Desde entonces me levanto cada mañana con un sonrisa esperando el momento en el que nos volvamos a cruzar y se repita en mi interior esa dulce sensación

domingo, 6 de noviembre de 2011

Desearía poder dar marcha atrás en el tiempo y detenerse en vilo en aquel momento, justo antes de saberlo y ahí dejar de vivir, de ir hacia delante. En un mágico y terrible equilibrio.

:)

Buenos días princesa, así es como comenzaba el día en "La vida es bella". Buenos días princesa, has despertado, y te habrás dado cuenta de que hoy es tu día, o un simple día más. Puede que no sepas el minuto en el que vivimos o igual controlas cada segundo de tu apreciada vida. Igual has tenido días en los que pensabas que nada merecía la pena. Días, días, que creías que el jamás te hablaría o que aquella nunca dejaría de molestarte. Más aun las noches frías que has pasado, pensando en él, anhelando cada momento su respiración, noches olvidando, noches soñando despierta, creando tus mundos, hablando en sueños, susurrando cuentos, en los que al final el príncipe besó a la princesa, cuentos en el que el final era feliz. Noches y días, minutos y segundos, tú y yo.